País | ||
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Nombre: | Onek |
Vida: | ? | |
Régimen: | Confederación de Tribus | |
Localización: | Yíthril | |
Capital: | ? | |
Fundador: | ? |
La tribu de los Onek es de origen desconocido, aunque se cree por sus leyendas de frío, mar y hielo que podría proceder de una vasta y gélida península que se extendía miles y miles de kilómetros mar adentro muy lejos del Norte de Yíthril.
Las leyendas cuentan que fue con el Colapso mágico que los Onek no tuvieron más remedio que abandonar su hogar y navegar hacia el Sur en busca de una nueva casa en donde establecerse. Se trata de la tribu más nueva del territorio de los Mil Lagos, pues solo hace que llegaron aproximadamente 700 años y por lo tanto su lengua y cultura distan de las de las demás tribus.
La tribu se estableció en el Nordeste de los Mil Lagos, justo en las marismas, tierra deshabitada hasta el momento por ser considerada demasiado inestable. El Gran Pergamino cuenta que un día unos intrusos amarraron sus barcos y ya nunca más se fueron. Cuenta, también, que al inicio hubieron muertes, pues las tribus tenían miedo de invasión, pero los Onek, que ya habían escarmentado de otros intentos fallidos de instalarse en tierra firme, pronto se mostraron diplomáticos y pacíficos y los negocios empezaron a fluir entre ellos y las demás tribus.
Primero fueron los intercambios entre los alimentos del mar y aquellos cultivables en tierra firme, más adelante fue la vestimenta, ya que los Onek conocían materiales para aislarse del frío gracias a sus antepasados y también debido a las duras travesías marítimas. Fue así como poco a poco los Onek se convirtieron en los comerciantes de los Mil Lagos, ya que empujados por su historia nómada, nunca dejaron de hacer expediciones a otras tierras e importar productos. Tanto es así que con el tiempo el territorio de los Onek se ha ido convirtiendo en un mercado gigantesco que se sustenta encima de un enorme entramado de pasarelas de madera y barcos que cubren gran parte de la marisma.
Los Onek conservan los dioses marítimos de sus antepasados, pero no son practicantes de la religión. Sin embargo, dos veces al año abandonan el territorio y recorren toda la cuesta de Yíthril a bordo de 10 de sus enormes barcos en un ambiente festivo, para condecorar el dios del mar Thäun y recordar que hace 700 años encontraron por fin un lugar en el cual echar raíces.