El Nuncamás es un semiplano creado por Séldim, con la intención de convertirlo en su morada y la de sus hijos. Séldim llenó el semiplano con encrucijadas: entradas y salidas escondidas a simple vista en el plano Terrenal con intención de que sus seguidores lo utilizaran para moverse entre mundos de forma segura.
El Nuncamás, como su creadora, es un lugar caótico y cambiante, donde el estado de ánimo de sus habitantes afecta a su entorno, los caminos cambian constantemente y se rige por sus propias y cambiantes reglas.
No obstante, Séldim descubrió más tarde el mundo onírico y, viendo que este era mucho más antiguo y vasto, decidió mudarse a él y convertirse en su guardiana. El Nuncamás quedó abandonado, los seguidores de Séldim que quedaron allí, descendientes de los Kaar en su mayoría, se convirtieron en sus habitantes, pasando a convertirse en los primeros Fae.
Desde entonces, el Nuncamás se ha convertido en la casa de los Fae, los duendes y un sinfín de criaturas que lo utilizan para esconderse. El Nuncamás es utilizado a menudo como atajo en los largos viajes y, aunque es un lugar extremadamente peligroso, sigue presentando ciertas ventajas a sus alternativas para aquellos que lo conocen bien.
Las cortes feéricas dominan la mayoría del Nuncamás, siempre sumidas en su guerra eterna.